Casos de éxito de marcas colectivas en la agroindustria

March 28, 2025

Casos de éxito de marcas colectivas en la agroindustria

Una marca colectiva es un signo distintivo registrado por asociaciones o sociedades de productores, fabricantes, comerciantes o prestadores de servicios legalmente constituidas, con el propósito de diferenciar los productos o servicios de sus miembros de los de terceros. En México, de acuerdo con la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial, las marcas colectivas deben contar con un reglamento de uso y no pueden ser objeto de licencia ni transferidas a terceros, ya que su uso está reservado exclusivamente para los miembros de la organización titular. Este tipo de marcas fortalece la identidad de las agrupaciones y garantiza la calidad y el origen de los productos o servicios que representan.

En el ámbito agroindustrial, las marcas colectivas se han convertido en una herramienta de gran utilidad para que los pequeños productores logren acceder a más y mejores mercados, aumentando sus ingresos al mismo tiempo que fortalecen sus comunidades. Estas marcas permiten que los productos de diversos agricultores sean reconocidos bajo un mismo nombre o sello, esto a su vez ayuda a mejorar su posicionamiento y garantizar su calidad. En el siguiente artículo exploraremos algunos de los casos de éxito que demostraron el impacto positivo de esta estrategia.

Frutos de la Tierra (Perú)

El primer ejemplo que observaremos puede considerarse un gran impulso para la agricultura ecológica, hablamos de la marca colectiva “Frutos de la Tierra” en Perú, la cual ha sido un ejemplo de cómo la unión de agricultores puede lograr crear oportunidades de crecimiento. Impulsada por la Asociación Nacional de Productores Ecológicos (ANPE), esta iniciativa que cientos de productores ecológicos lleguen a mercados nacionales e internacionales, mejorando tanto la economía local como las prácticas sostenibles en la agricultura.

Cooperativa San Vicente de Mogón (España)

En España, la cooperativa San Vicente de Mogón, se ha consolidado como un referente en la producción de aceite de oliva virgen extra de alta calidad. Esta cooperativa cuenta con más de 1,300 socios y comercializa sus productos bajo la marca “Puerta las Villas”. Han conseguido reconocimiento en mercados exigentes gracias a su enfoque en la calidad y sostenibilidad, mejorando a la vez los ingresos de sus productores.

Coomagua (Colombia)

Esta cooperativa constituida en Colombia ha apostado por un modelo de producción que no sólo genera ingresos para los campesinos, sino que también ayuda a la conservación del medio ambiente. Mediante la producción de frutos como el acaí y el seje, han logrado reducir la deforestación y mejorar la calidad de vida de múltiples familias; lo que nos demuestra que la agroindustria puede ser completamente compatible con la protección de los recursos naturales.

La experiencia en México

En México, la Fundación ADO ha apoyado el desarrollo de cooperativas agrícolas e estados como Chiapas y Tabasco. Uno de los casos destacados en nuestro país que vamos a mencionar es el de las cooperativas productoras de cacao, estas han logrado mejorar sus procesos de producción y ampliar su comercialización a través de marcas colectivas, permitiendo al cacao mexicano ganar prestigio y posición como un producto de gran calidad en mercados nacionales e internacionales.

Otro de los ejemplos que éxito en México es la Denominación de Origen Tequila (DOT), que fue establecida en 1974, siendo la primera denominación de origen mexicana. Esta certificación protege la producción del tequila, permitiendo que únicamente las bebidas elaboradas en ciertas regiones del país, bajo determinados y estrictos estándares de calidad, puedan llevar el nombre de “Tequila”. La DOT ha sido fundamental para posicionar al tequila como una bebida reconocida a nivel internacional, y ha impulsado a la economía de las regiones productoras preservando técnicas tradicionales de producción, alcanzando mercados globales y fortaleciendo la identidad cultural mexicana.

Por último, la “Cajeta de Celaya Región de Origen”, la cual fue registrada en 2018, agrupa a doce productores de los municipios de Celaya, Cortázar, Apaseo el Grande Villagrán y Juventino Rosas en el estado de Guanajuato. El objetivo principal de esta marca es garantizar la calidad y autenticidad de la tradicional cajeta, la cual es emblemática de la región. La implementación de esta marca colectiva ha permitido a los productores autorregularse y homologar sus estándares e producción. Además, ha fortalecido la identidad regional promoviendo la cooperación entre los productores locales, generando un impacto positivo en la economía local.

Como conclusión, las marcas colectivas representan una gran oportunidad para los agricultores y productores agroindustriales. Pues no sólo les permiten competir en mercados cada vez más exigentes, sino que también fomentan la colaboración, la innovación y el desarrollo sostenible. Casos memorables como los que repasamos brevemente, nos muestran que el trabajo en equipo y la identidad de marca pueden ser claves para el éxito agroindustrial.

Escrito por: Mónica Pérez

Referencias

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